miércoles, 20 de febrero de 2013

un franco semanal



A veces todo se me cae de las manos. En el momento preciso ves volar por el aire, lo que sostenías hace un momento. Va a hacerse pedazos contra el suelo, lo sabés. La intención, bambolea el cuerpo, quiere salvarlo y aún así: crash. En un segundo el absoluto. Elegí. El escalofrío aprieta la panza. A veces salís corriendo en otra dirección. Recuerdo respiro. No es mucho lo que una persona necesita: tiempo y amor dice mi papá en la charla de sobremesa. 

Somos 3 mujeres y nos bañamos en la pelopincho en bombacha como si tuviéramos 5. Me siento libre con la panza al aire sin importar nada más. Pintamos los cerámicos que serán parte de una casa que está naciendo, dibujos y palabras de amor. Contribuyo, me emociono.

Mi familia me mima. Lo repito como un mantra escolar.

Me fui a China, capaz que por eso no tengo señal. No voy a poder hablar con otros porque no aprendí el idioma, voy a sentir música desde las bocas y me voy a quedar muda un tiempo. Sólo para saber cómo se siente. 




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